domingo, 31 de agosto de 2014

No es posible duplicar Silicon Valley

El emprendimiento es una vía eficaz para crear empleo y por tanto, una solución para abordar el problema más importante que tiene nuestra sociedad, el paro. Sin embargo, conseguir que se creen muchas nuevas empresas no es fácil. No es suficiente hablar en las tribunas (como esta) de su conveniencia o tratar de implantar miméticamente los éxitos de otros lugares. En definitiva, no se puede copiar, sin más, la actividad emprendedora de Silicon Valley (cosa que ya se ha intentado), sin tener en cuenta su entorno.
La cultura del riesgo y la tolerancia al fracaso, son elementos fundamentales que ha de asumir una sociedad que quiera ser emprendedora y eso se ha de reflejar en la forma que se impulsan los proyectos emprendedores, en cómo se financian o en cómo se facilita, desde la legislación, la generación de nuevas empresas. Por ejemplo, crear aquí una nueva empresa es comparativamente difícil (España ocupa el lugar 142 de 189 países, según Doing Business), pero el problema es mucho mayor cuando se quiere cerrar la actividad empresarial y esto es muy frecuente por la gran proporción de nuevos proyectos que fracasan (entre un 60 % y un 70%).
Las ideas. como las semillas, necesitan un terreno y un clima adecuados para germinar, es difícil que una planta crezca en un desierto. Sin embargo, se puede trabajar para conseguir un cambio y convertir un erial en un vergel con determinación, inteligencia y esfuerzo. La creación de un ecosistema emprendedor necesita algo más que sembrar startups y empujar a hacerlo a aquellos que tienen espíritu emprendedor. Es necesario un terreno y un clima social adecuado.
La creación de un ecosistema emprendedor donde no existe o si es muy débil, necesita un cambio cultural que involucre a toda la sociedad, desde los ciudadanos hasta la Administración, pasando por los medios de comunicación, el sistema educativo o los financieros, para fomentar, apoyar y sobre todo valorar las iniciativas emprendedoras. Sin embargo, como en todo cambio cultural, el tiempo no se mide en años, sino en generaciones.
El fomento del emprendimiento es un problema poliédrico que se ha de afrontar desde todas sus facetas y si es posible de forma simultánea. Por eso, es necesaria la contribución de toda la sociedad, tanto de ciudadanos como de instituciones. De otra manera, y aunque trasladásemos aquí todas sus empresas, no sería posible duplicar Silicon Valley.

viernes, 15 de agosto de 2014

MOOLC (Massive Open Online Local Course) en emprendimiento

Durante décadas, las universidades españolas han formado a sus estudiantes para hacer de empleados cualificados, y preferiblemente, con un trabajo fijo en la administración o en una gran empresa. La realidad actual es que cada año egresan de las universidades españolas unos 215.000 titulados que van a parar a un mercado laboral con más del 53 % de jóvenes parados y con un 50 % de tasa de subempleo.
Una de las soluciones para acabar con esta situación, sería fomentar el emprendimiento entre los estudiantes, ya que (ver aquí y aquí) el emprendimiento es la vía más eficaz para crear empleo, especialmente en tiempos de crisis. Es cierto, que en la última década, las universidades han potenciado, aunque tímidamente, la creación de empresas spin-off a partir de los desarrollos de sus grupos de I+D, sin embargo, los resultados de estas iniciativas han sido procesos de recolección selectiva, positivos, pero insuficientes.
Muchas de las startups de más éxito en los EE.UU, han nacido en un entorno universitario, pero no consecuencia de un descubrimiento científico o un desarrollo tecnológico de sus grupos de I+D. Todo ello ha sido posible gracias a ecosistemas universitarios que fomentan, potencian e impulsan la creación de startups. Es decir, ellos ya han pasado de la era de la recolección a la del cultivo masivo. Un camino que nosotros todavía no hemos empezado a recorrer.
Nuestro sistema universitario ha de fomentar la creación de ecosistemas de emprendimiento y formar a sus estudiantes de todas las carreras de una manera sistemática, cosa que hoy solamente se hace en algunas facultades de Economía y Empresa. Sin embargo, como los equipos emprendedores han de ser multidisciplinares, sería conveniente que los estudiantes procediesen de diferentes facultades y escuelas.
Un primer paso para superar estos problemas sería la impartición de un MOOC transversal a nivel de universidad o incluso de distrito universitario, un MOOC Local (MOOLC) que permita el contacto personal, donde por proximidad y cultura, puedan fomentar la creación de equipos que además puedan ser asesorados también personalmente por otros emprendedores con experiencia en el entorno próximo cuyas características son muy diferentes de otros lugares de referencia, como Silicon Valley. Las actividades de formación pueden complementarse con actividades de estímulo, como reuniones de networking, concursos de proyectos o la celebración del Día del Emprendedor Universitario.
Nuestras universidades deberían estimular y compensar con créditos libres a los estudiantes que se formasen en emprendimiento. Al mismo tiempo, esta formación transversal les proporcionaría unas competencias en técnicas de comunicación y conocimientos financieros básicos, que mejorarían su empleabilidad. Es una tarea larga, pero un primer paso para formar universitarios en emprendimiento sería un MOOLC en emprendimiento

jueves, 31 de julio de 2014

El futuro de la educación pasa por la formación digital 2.0

Los MOOC son nada más (ni nada menos) que potentes instrumentos de lo que podríamos llamar la formación digital 2.0 pero que mantienen dividida a la comunidad docente respecto a sus implicaciones futuras en la enseñanza universitaria.
Hay quien opina que los MOOC no cambiarán nada significativo en el proceso de formación y solamente serán un instrumento más, como lo fue la introducción del libro en su día. Sin embargo, hay otros, entre los que me cuento, que consideran que a medio plazo, el cambio puede llegar a ser estructural. De la misma manera que Internet está transformando radicalmente las industrias del conocimiento (el editorial, el discográfico, el cine, la televisión o la prensa), también van a transformar la educación. Transformaciones, todas ellas, que no son más rápidas, a pesar de su impacto económico, por problemas culturales i regulatorios, no tecnológicos.
La educación universitaria presencial es cara. Sin embargo, el coste que tendría utilizando metodologías digitales 2.0 podría llegar a ser una mínima parte del presencial. Esta es una razón, entre otras, para suponer que en unas economías con un déficit público sistémico, no mantendrán una universidad pública exclusivamente presencial, si hay alternativas.
Supongamos un MOOC de, por ejemplo, un curso de Física de primero de universidad, donde se repiten las clases de teoría (no hablo de las prácticas de laboratorio) en un distrito universitario más de un centenar de veces cada año en grupos de 50-100 alumnos. Supongamos que se hace un MOOC para todos los alumnos, donde los profesores solamente atienden las tutorías (cosa que ya hacen ahora). ¿Cuántos profesores sobrarían? ¿Cuántas aulas?. Este es un escenario del que nadie quiere hablar, quizás por miedo a la perdida los puestos de trabajo que conllevaría, aunque estos profesores podrían dedicar mucho más tiempo a generar nuevo conocimiento en vez de a comunicarlo de forma repetitiva año tras año.
Es cierto, sin embargo, que todavía los MOOC constituyen una metodología poco madura. Normalmente, sus vídeos son una copia de la clase magistral, donde mayoritariamente se presentan las diapositivas junto a la imagen del profesor en un recuadro lateral, lo que a veces se conoce como un busto parlante. Sin embargo, las posibilidades multimedia son enormes aunque hoy día todavía no se usen suficientemente, debido, entre otras cosas, a que los equipos que los desarrollan están formados por especialistas en la materia que se imparte i que normalmente no son expertos en comunicación audiovisual.

Estas metodologías han llegado para quedarse y van a revolucionar la formación universitaria y seguramente otros tipos de formación, como, por ejemplo, los cursos Inem para parados y trabajadores, donde los MOOC que pueden ser mucho más baratos y eficientes, pueden evitar la actual corrupción de cursos inexistentes, a través de sistemas de control y seguimiento automáticos. No hablemos de las transformaciones que podrían suponer en la formación en otros niveles educativos como el bachillerato, la formación profesional o la ESO. El panorama es tan amplio y las posibilidades tan grandes, que sin duda el futuro de la educación pasa por la formación digital 2.0

martes, 15 de julio de 2014

Innovar en Educación Universitaria

Ayer se cerró la segunda convocatoria para realizar MOOC de la Generalitat de Catalunya con alrededor de una 80 solicitudes en el proceso on-line.
Los MOOC (Massive Open On-line Course) están irrumpiendo con fuerza. Cada día hay más plataformas y más activas. Las tres plataformas más conocidas (edX, Coursera y Udacity) están ampliando sus cursos de forma permanente y también los idiomas en que los imparten. Adicionalmente, se están preparando para impartir conjuntos de cursos que darán acceso a unos títulos cuya emisión parece que puede ser su modelo de negocio. Paralelamente, están apareciendo otras plataformas menos conocidas y más especializadas (Lore, OpenClass, Canvas Network, Khan Academy, Udemy, NovoEd, …), o por ejemplo en castellano, MiriadaX, orientada al mundo Iberoamericano o Unimooc orientada al mundo del emprendimiento.
Sin embargo, una de las operaciones que está creando grandes expectativas, es la entrada de Google en el ámbito de los MOOC. Google ya había creado Course Builder, un software para crear cursos y plataformas MOOC, pero que necesitaba de conocimientos informáticos para ser instalada y crear los cursos y a la que le faltaba cierta flexibilidad. Ahora, Google es miembro de la alianza Open edX, la cual pretende abrir dicha plataforma a todo el mundo, y a la que Google proporcionaría toda su capacidad y musculatura. El nuevo sistema permitirá crear cursos MOOC a instituciones, profesores i empresas, como ya ha hecho la universidad de Stanford, con Stanford OpenEdX o la incipiente plataforma UCATx.

El número de plataformas y de MOOC está creciendo de forma muy rápida. Hoy día hay más de 2.500 cursos MOOC que cubren todo el espectro del conocimiento y las plataformas abiertas como Open edX, pueden conseguir que ese número se multiplique. La innovación en educación no suele ser radical, pero a mi parecer la formación universitaria puede sufrir a medio plazo un cambio profundo con el uso de los MOOC como un instrumento para Innovar en Educación Universitaria.

martes, 1 de julio de 2014

El discurso del Rey

Como en la película de Tom Hooper y David Seidler sobre Jorge VI, el discurso de proclamación del nuevo Rey, también en este caso VI, pero de nombre Felipe, en las Cortes, fue un  discurso programático donde se dijeron cosas esperanzadoras como esta:
“El bienestar de nuestros ciudadanos -hombres y mujeres-, Señorías, nos exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge aceleradamente; en el siglo del conocimiento, la cultura y la educación. Tenemos ante nosotros el gran desafío de impulsar las nuevas tecnologías, la ciencia y la investigación, que son hoy las verdaderas energías creadoras de riqueza; el desafío de promover y fomentar la innovación, la capacidad creativa y la iniciativa emprendedora como actitudes necesarias para el desarrollo y el crecimiento. Todo ello es, a mi juicio, imprescindible para asegurar el progreso y la modernización de España y nos ayudará, sin duda, a ganar la batalla por la creación de empleo, que constituye hoy la principal preocupación de los españoles.”
En este párrafo, el Rey, o quien haya escrito el discurso, acierta con las prioridades que hoy día necesita cualquier sociedad, y muy especialmente la nuestra, para su desarrollo en el mundo globalizado de esta primera parte del siglo XXI. Una de las primeras actividades del nuevo Rey ha sido asistir al Fórum Impulsa en Girona, un evento en la línea del párrafo mencionado de su discurso. ¿Hemos de atender estos signos cómo una nueva sensibilidad con los verdaderos problemas del país?.
Alabar a la Corona, parece que significa declararse monárquico y enseguida uno debe explicar si esto es así, o no. Pues bien, en este país donde siempre se han de poner etiquetas binarias a las personas, monárquico/republicano, derechas/izquierdas, religioso (católico)/anticlerical, yo preferiría tener una etiqueta de “Inclasificable”, como decía Julián Marías de Unamuno.
De cualquier forma y como dice en un reciente artículo en El País, Javier Marías (hijo de Julián Marías) respecto a las manifestaciones para pedir un referéndum monarquía-republica “No creo que pudiera salir como Presidente de la República alguien que gustara a los que han pedido el referéndum”, hablaba de Aznar, Aguirre, Bono, González, Anguita, me parece que ante estos candidatos, me decanto, de momento, por la monarquía. Si más no, porque hay muchas cosas más importantes y urgentes que solucionar en el país, como las mencionadas en el párrafo en cuestión y otras que ni se mencionaron en el discurso del Rey, como la corrupción.

Aunque una cosa es prometer y otra, bien distinta, es dar trigo, cómo mínimo la mención de las ideas de cómo abordar algunos de los problemas clave de nuestra sociedad están bien escogidos en el discurso del Rey.