miércoles, 15 de abril de 2015

El emprendimiento como una moda

Algo está de moda cuando es un uso o una costumbre con popularidad en un lugar y en un momento determinado. Las modas son intrínsecamente pasajeras, de temporada, y no representan una necesidad vital para una sociedad. La eclosión del emprendimiento en nuestra colectividad en los últimos años ha hecho que muchas personas hablen de él como si fuese una moda. 
La explosión del emprendimiento en los últimos años ha coincidido temporalmente con la crisis y el enorme aumento del paro. Este auge nos pueda llevar a pensar que el crecimiento del emprendimiento ha sido consecuencia de la crisis económica y del incremento del paro. También podría pasar, que aunque se haya producido por la necesidad de supervivencia y no tenga las características de una moda, igualmente podría ser un fenómeno temporal que desapareciera cuando lo hiciese la crisis. 
Otra explicación de la explosión del emprendimiento, es que nuestra sociedad, y en particular la parte más joven de la misma, se está dando cuenta de que no es posible seguir haciendo las mismas cosas y de la misma forma que siempre y que es necesario buscar nuevas oportunidades para no quedarse fuera del futuro, tanto personal como socialmente. 

En cualquier caso, el empuje del emprendimiento no debe acabar como si fuese una moda, sino que debería generar la decisión colectiva de aprovechar la ocasión para consolidar el emprendimiento y convertirnos en una sociedad mucho más dinámica. Sería un error, aunque la tormenta de la crisis amaine, dejar perder esta oportunidad, entendiendo el emprendimiento como una moda.

martes, 31 de marzo de 2015

Peor para todos

La globalización y la crisis han producido un cambio en la distribución de la riqueza mundial que se concentraba en las sociedades occidentales. Su reparto ha cambiado y los países emergentes, en particular China, disponen de un poder que hace solamente unos pocos años no tenían. Esta nueva situación proyecta una imagen de decadencia relativa de Occidente, que afecta al dominio económico y a la influencia social y política que ejercía en todo el mundo.
También el bienestar se ha redistribuido, en un proceso de vasos comunicantes, a otras partes del planeta. Esto ha llevado a una pérdida de calidad de vida de las sociedades occidentales y especialmente a sus clases medias y bajas, que habían ido mejorando sus condiciones de vida de forma permanente desde la segunda guerra mundial.
La manifestación más próxima y evidente del cambio, ha sido la crisis del 2007 que hoy continúa enquistada en la sociedad occidental con una situación de paro y recortes, especialmente intensos en las sociedades del sur de Europa que al no poder competir en valor añadido, lo hacen bajando los salarios.
La solución, como siempre, está en la educación. Una educación como la finesa que se enfoca a que cada persona debe pensar en generar su propio espacio de trabajo y donde la creatividad y el emprendimiento han de ser los ejes de esta revolución.

Todo el sistema educativo y en particular las universidades han de cambiar de forma radical y no solamente los contenidos de los planes de estudio. El cambio que se avecina ha de ser radical y cultural y cuanto más tardemos en darnos cuenta de ello, peor para todos.

domingo, 15 de marzo de 2015

La cultura de una sociedad emprendedora

En algunas ocasiones, se puede oír a los políticos decir que el nuestro es un país innovador y emprendedor porque en algún momento de la historia lo fue. Sin embargo, en la actualidad los indicadores dicen que estamos lejos de serlo.
El caso de Finlandia es paradigmático. Emerge con fuerza en los años 90 de una situación de carencias, se convierte en una economía ejemplar de la mano de una empresa como Nokia y es el espejo del éxito donde mirarse. Sin embargo, producto de ese monocultivo y del estancamiento de sus variables macroeconómicas durante los últimos siete años, Finlandia ha dejado de ser la referencia económica obligada.
Esto ha sido siempre así. En la Prehistoria del Oriente Próximo, el Creciente Fértil permitió hace unos 10.000 años que los cazadores-recolectores se convirtiesen en los primeros agricultores-ganaderos que dieron lugar a unas sociedades innovadoras que desarrollaron entre otras muchas cosas la rueda y la escritura. Salían con una gran ventaja, sin embargo hoy, es una de las zonas del mundo con más atraso y analfabetismo, a la que contemplamos, atónitos, como autodestruye su propio patrimonio.
A veces los resultados son producto de la suerte o de unas decisiones acertadas o equivocadas, otras del abrazo de religiones “salvadoras”, como la que ha producido la sacudida del magma musulmán que apunto Ortega hace más de ochenta años. Sin embargo, además de la suerte o de otros avatares, en nuestros días, la batalla de la innovación y del emprendimiento es condición necesaria y se tiene que dar cada día y en todos los niveles de la sociedad, desde el ciudadano de a pie, hasta las más altas instituciones del país, porque sin esta cultura el mantenimiento del estado del bienestar peligra, como hemos podido comprobar y padecer, a consecuencia de los efectos de la crisis.

No es un planteamiento político ni de derechas ni de izquierdas. La respuesta en un mundo sin fronteras comerciales es la competitividad y esta solamente se puede lograr desde la cultura de una sociedad emprendedora. 

sábado, 28 de febrero de 2015

Un buen estudiante de Arqueología

A finales de noviembre del año pasado estaba programada en mi universidad (UAB), la celebración del día del emprendedor. El objetivo era fomentar el espíritu emprendedor de los estudiantes y formarlos en emprendimiento. El programa tenía una estructura estándar para estos casos: una inauguración oficial, conferencias invitadas y mesas redondas…Sin embargo, el acto no se pudo celebrar porque unos estudiantes, fundamentalmente de “letras”, lo impidieron a la voz de “fuera empresas de la universidad!!”.
Me acerqué a uno de los estudiantes del grupo que se oponía a la celebración del acto para preguntarle el porqué de su oposición ya que la idea era dar oportunidades a sus compañeros que querían asistir al acto para tirar adelante proyectos emprendedores. Adicionalmente, le dije que yo estaba fomentando el emprendimiento y que si me convencía de que estaba equivocado, lo dejaría y me dedicaría a otra cosa.
Parafraseando a Unamuno, no me convenció, pero si me venció. Era un estudiante de Arqueología, quizás de los que llenan de "pinturas rupestres" las paredes de la universidad en tiempos de las redes sociales, que quería abolir el capitalismo y que por tanto un acto como aquel donde venían emprendedores pero ya convertidos en empresarios, no podía tener cabida en la universidad, que él era un buen estudiante y que sus expectativas de trabajo con una carrera como la suya, eran nulas. Le dije que en muestro centro de investigación(CVC) habíamos trabajado en la reconstrucción automática de vasijas arqueológicas a partir de fragmentos y que nos habría venido bien el asesoramiento de un buen arqueólogo. A pesar de todos mis razonamientos no pude convencerle.
Digo que me venció porque el acto no se celebró, pero no me convenció porque sigo fomentando el emprendimiento para que alguien que emprenda, cree puestos de trabajo y pueda ofrecer uno a un buen estudiante de Arqueología. 

domingo, 15 de febrero de 2015

Emprendedores y empresarios

La definición de emprendedor en el sentido empresarial ha ido cambiando con el tiempo. Desde el de revendedor en el siglo XVIII (R. Cantillon), pasando por el de empresario en el siglo XIX (B.P. Say) y la identificación con el de empresario-innovador en el siglo XX (J. Schumpeter).
Hoy en día un emprendedor es la persona que descubre oportunidades de negocio, pone estas ideas en marcha y organiza los recursos para que el proyecto emprendedor se convierta en una empresa. Podemos decir que el objetivo de un emprendedor es normalmente convertirse en empresario, aunque hay emprendedores que siempre quieren ser emprendedores y empiezan permanentemente nuevos proyectos. Son los emprendedores en serie, los aventureros del emprendimiento.
La actividad que hace el emprendedor es emprender, en cambio la que hace el empresario no tiene verbo. ¿Empresar? ¿Empresariar?. Un empresario es aquella persona propietaria o copropietaria de una empresa que fija los objetivos de la misma y toma las decisiones estratégicas, la gestiona directa o indirectamente basándose en los recursos disponibles y asume las responsabilidades frente a terceros.
Estas definiciones no son totalmente aceptadas, pasa lo mismo que con la diferencia entre una startup y una empresa. La definición actual de startup es la de un proyecto en busca de un modelo de negocio viable para convertirse en empresa. Sin embargo, la empresa ya tiene el modelo de negocio y lo que hace es ejecutar un plan estratégico (el plan de empresa) para explotar ese modelo de negocio. En resumen, una startup es una proto-empresa de la misma forma que un emprendedor es un proto-empresario.

En nuestro país los emprendedores tienen buena prensa, son personas activas, guiadas por la pasión más que por la razón, con ideas y con esfuerzo para llevarlas adelante, generalmente gente joven y sin dinero suficiente para lograr sus objetivos. Sin embargo, los empresarios no tienen buena prensa, la opinión pública piensa de ellos que son depredadores de sus empleados a los que pagan lo mínimo permisible y a los que exigen lo máximo posible y todo ello para enriquecerse. En general esto no es así, la mayoría de los empresarios son personas que luchan día a día por sacar adelante sus empresas y mantener a sus empleados, a veces en un entorno poco favorable que no les deja opción a pensar en el futuro e innovar procesos y productos. Sería interesante, que cuando los emprendedores acaben siendo empresarios, mantengan ese espíritu innovador que les llevo a crear una startup y traten de eliminar esa barrera que existe en la sociedad respecto a los empresarios que lleva a separar entre buenos y malos a emprendedores y empresarios.