sábado, 15 de marzo de 2014

Incubadoras Corporativas

Las Incubadoras de Startups (Business Incubators) y las Incubadoras Corporativas (Corporate Incubators), son dos tipos de instrumentos de protección y ayuda en los procesos de generación de proyectos empresariales.
En el primer caso el sistema de incubación está orientado a dar soporte a iniciativas emprendedoras nacidas normalmente en ambientes abiertos, como por ejemplo, en entornos municipales. En el segundo caso, las iniciativas nacen en el hábitat de una empresa que las impulsa y las incuba. De la misma forma podemos hablar de las Aceleradoras de Startups (Business Accelerators) o de las Aceleradoras Corporativas (Corporate Accelerators).
En cualquier caso, podríamos decir que una Incubadora proporciona el resguardo a través de un proceso térmico durante el proceso prenatal, mientras que la aceleradora se basa en un proceso dinámico para impulsar modificaciones en el movimiento inicial de las startups. Esta variación de la velocidad puede ser tanto en módulo, como en dirección.
En el caso de incubadoras y aceleradoras corporativas, estas se pueden entender como instrumentos de los procesos de innovación de las empresas y concebidos como nuevos elementos de profundización de la Open Innovation, que muchas grandes empresas están actualmente impulsando.
La materialización de Incubadoras Corporativas se suele ejecutar a través de la creación de ecosistemas internos que fomentan la aportación de las ideas del personal de la propia empresa para mejorar los productos y los procesos y así potenciar su core market o extender la actividad a mercados adyacentes.
Adicionalmente, ese ecosistema genera ideas de nuevos productos o servicios para otros mercados diferentes de los propios. Para rentabilizar estas nuevas ideas se pueden usar los caminos clásicos de licenciar las patentes generadas en el proceso creativo u otra vía, que cada vez está tomando más fuerza, como es la creación de spin-offs de la propia empresa.
La vía de la creación de spin-offs tiene la ventaja de permitir el control de su evolución por parte de la empresa madre para una posible diversificación y al mismo tiempo no distraerse de su core business. También puede ser interesante para controlar los riesgos “externalizándolos”, preparando las spin-offs en incubadoras corporativas y buscar socios estratégicos que conozcan los nuevos mercados y socios financieros que permitan diversificar, no solamente los mercados, sino el riesgo económico.
Sin embargo, las ideas son condición necesaria, pero no suficiente, y para que cristalicen y crezcan, es necesario impulsarlas y para ello son necesarias personas con espíritu emprendedor. El ecosistema no solamente ha de fomentar la generación de ideas y su incubación, sino incorporar a los proyectos las personas que puedan impulsarlas. Dentro de las empresas hay que buscar esas personas intra-emprendedoras necesarias para el éxito de las Incubadoras Corporativas.

viernes, 28 de febrero de 2014

Ni Messis, ni Ronaldos, emprendedores que asuman ser protagonistas del mañana

Hace un par de días estuve en el Mobile World Congress, todo un espectáculo tecnológico que me llevo a reflexionar sobre la enorme diferencia de velocidades entre el mundo del MWC y nuestra sociedad. También visité su segunda sede en Montjuic, allí estaban los emprendedores. Hablé con algunos de ellos. Su fuerza e ilusión me han llevado a escribir este post.
 Según la Wikipedia, el emprendimiento es (no está en castellano, aunque si está emprendedor): “In political economics, entrepreneurship is a process of identifying and starting a business venture, sourcing and organizing the required resources and taking both the risks and rewards associated with the venture.”
Casi todo lo que se encuentra en la red sobre emprendimiento y emprendedores hace referencia a la creación de empresas y sin embargo, el emprendimiento es mucho más que crear startups, es una forma de vida, de entender la vida. Después de hablar con muchos emprendedores, como los de esta semana, tengo la convicción de que el futuro (y también el de todos) está en sus manos y no en las de los funcionarios (quien escribe estas líneas es un ex-funcionario con 35 de años de servicio!!).
Los emprendedores, viven permanentemente situaciones de stress y de riesgo, inherentes a la actividad de promover un proyecto nuevo. Una sociedad que aborda proyectos de riesgo y no solo acepta el fracaso como una de sus consecuencias naturales, si no que reconoce el valor de estas actitudes, es una sociedad con mucho más futuro que aquella otra, en la que sus ciudadanos buscan situarse en una zona de confort permanente.  
La sociedad que necesitamos, es aquella donde las soluciones a los problemas no se esperan de los gobiernos, sino que se resuelven desde las oportunidades, y las personas que las impulsan son aquellas que emprenden las acciones necesarias para hacerlas realidad. Un modelo de sociedad estática como la nuestra, en un mundo globalizado y dinámico como el actual, solo es el anuncio de un oscuro futuro.
Nuestra sociedad necesita cambiar y hacerlo rápidamente para adaptarse al ritmo frenético global y eso no se hará si los ciudadanos no lo aceptan primero e impulsan después. Los referentes no han de ser ni Messis, ni Ronaldos, sino emprendedores que asuman ser protagonistas del mañana.

sábado, 15 de febrero de 2014

Aceleradoras Corporativas

Si alguien piensa que la innovación es cara que pruebe el coste de no hacerla. La innovación en empresas consolidadas es una tarea que requiere una cultura ya asumida y un permanente impulso por parte de la dirección. Si la empresa no tiene la cultura innovadora asumida y la dirección no tiene una postura decidida para impulsarla, la innovación no emergerá por generación espontánea. Las empresas que no han tenido la innovación en su ADN y todos los recursos de la misma han estado orientados a mantener el mercado y a la supervivencia de la empresa, implantar un proceso innovador puede ser una tarea muy complicada. La solución es dar un paso más en el paradigma de la Innovación Abierta: Las Aceleradoras Corporativas.
Muchas empresas, especialmente grandes, están innovando la forma de realizar su innovación. Para ello, han creado estructuras propias con el objetivo de incorporar la innovación ya realizada externamente por startups. Es una nueva forma de articular la Innovación Abierta. Estas estructuras conocidas como aceleradoras corporativas pueden permitir lograr un crecimiento inorgánico para potenciar o agrandar su propio mercado. No se trata exclusivamente de absorber directamente las startups, sino de crear alianzas estratégicas con ellas. Las grandes multinacionales tienen capacidad para poder hacer esto de forma global, ya que su distribución internacional les permite tener antenas para detectar y filtrar las oportunidades de startups con gran potencial, en todo el mundo.
En el otro lado de la calle, se encuentran esas startups creadas por emprendedores, muchos de ellos en condiciones precarias, y aunque quizás ya empiezan a tener clientes, no pueden hacerlas crecer a la velocidad que querrían, ya que no tienen recursos y sobre todo no tienen acceso a los mercados. Hay una clara complementariedad entre los actores situados en las dos aceras opuestas. Actores que pueden obtener un beneficio mutuo si colaboran.
En las medianas empresas, el problema es más complicado ya que estas no tienen capacidad para mantener todo el proceso internamente. Para solucionar el problema pueden externalizar la gestión en empresas especializadas, bajo la supervisión de la propia empresa. Una solución adicional es agruparse varias empresas medianas complementarias para crear una aceleradora que permita distribuir los costes y aprovechar las economías de escala que significan la colaboración.
Las startups necesitan vías de consolidación y crecimiento y las empresas tradicionales necesitan introducir la innovación para su futuro y sin distraerse de su objetivo fundamental que es mantener su mercado. En conclusión, para innovar en Innovación Abierta, un paso adelante pueden ser las Aceleradoras Corporativas.

viernes, 31 de enero de 2014

Muy lejos de una burbuja del emprendimiento

Últimamente es frecuente oír que el emprendimiento está creciendo de una forma exuberante, que todo el mundo habla de emprendedores, de concursos de startups, de programas de TV, de aceleradoras, de Business Angels, de que hay emprendedores hasta en la sopa. En fin, que hay una burbuja del emprendimiento.
Para que se produzca una burbuja especuladora en cualquier ámbito, tienen que darse una serie de fases que siguen un patrón similar:
a)       Las valoraciones/precios suben injustificadamente (fase de substitución).
b)      El aumento de las valoraciones/precios se hace de forma especulativa para vender a otros compradores a precios cada vez menos razonables (fase de despegue).
c)       El aumento de los precios es máximo y se iguala la oferta y la demanda (fase álgida).
d)   La situación se inestabiliza y los compradores son bastantes menos que los vendedores y además aquellos disminuyen rápidamente (empieza la fase crítica).
e)       El escenario se radicaliza y se entra en pánico (estalla la burbuja).
A todo esto, se suman una serie de circunstancias, como son: la abundancia de crédito, la falta de un control del riesgo asumible y en el caso de una burbuja sistémica, unas instituciones poco robustas, cuando no cómplices, que acaban permitiendo/facilitando que la corrupción se generalice.
No creo que nadie pueda insinuar que en emprendimiento y en este país, estamos en alguna de las fases de la burbuja. Es más, me atrevo a decir que estamos lejos, quizás demasiado lejos, hasta de la primera fase.
En la actualidad nadie especula con las startups, ni hay dinero ni crédito para ellas, y las inversiones son escasas, porque no hay inversores y los pocos que hay, son demasiado conservadores y tienen una aversión casi patológica al riesgo.
Por otro lado, desde lo público, las dificultades que se ponen a los emprendedores para crear una empresa, son en muchos casos disuasorias. Por ejemplo, la obligatoriedad de hacerse autónomo, aun cuando no se tengan ingresos.
La vitalidad del país para crear empresas, y en particular startups escalables es muy baja. Por poner un ejemplo, en Cataluña que pasa por ser una comunidad emprendedora, y que en población y en resultados científicos se puede comparar a Israel, el número de startups tecnológicas creadas anualmente es veinte veces menos. Los científicos deberían darse cuenta de que una situación así, la propia sociedad no la consentirá indefinidamente.
En definitiva, hoy día nadie está especulando con las pocas startups que tenemos, antes bien al revés, lo que hace falta es un poco más de alegría en la aventura emprendedora y algo menos de aversión al riesgo por parte de los inversores y también de los emprendedores ya que en realidad estamos muy lejos de una burbuja del emprendimiento.

miércoles, 15 de enero de 2014

Emprender implica hacer innovación radical

Las empresas innovadoras tienen en muchos casos la duda de cómo plantear su innovación, si de forma incremental o de forma radical (el Kaizen y el Kekushin japonés). Hacer solamente una de ellas puede ser más arriesgado.
Si la innovación significa movimiento, el dilema está en seguir por la misma carretera o tomar una vía alternativa que en principio puede parecer más arriesgada, pero quizás conduce a océanos azules. La continuidad del camino más conocido o la incertidumbre del desconocido.
La innovación incremental significa la mejora permanente de productos o procesos que pueden conseguir mantener la competitividad de la empresa, pero que pueden conducir a callejones sin salida. Por otro lado, la innovación radical es muy arriesgada y puede llevar a un éxito o a un fracaso rotundo. Podríamos decir, que la innovación incremental puede llevar a un éxito o fracaso, incrementalmente y  que una innovación radical puede hacerlo radicalmente.
La combinación adecuada de los dos tipos de innovación puede ser la mejor solución. El caso de Apple es paradigmático, pasa por ser una empresa de innovaciones radicales. Sin embargo, después de cada propuesta radical continúa con una serie de mejoras incrementales de sus productos de forma permanente.
Generalmente las empresas que hacen innovación, ya sea incremental o radical, cambian los productos o los procesos, pero raramente los mercados objetivos, es demasiado arriesgado, sobre todo si se hace de radicalmente.
En el emprendimiento todo es innovación y siempre radical. Desde el producto al mercado, pasando por la organización, el equipo y hasta la figura jurídica. Cualquier cambio es abrupto, ya que en un principio ni tan siquiera hay movimiento, por tanto, cualquier paso que se da, significa un cambio sustancial y de ahí su gran riesgo. Emprender implica hacer innovación radical.