jueves, 31 de julio de 2014

El futuro de la educación pasa por la formación digital 2.0

Los MOOC son nada más (ni nada menos) que potentes instrumentos de lo que podríamos llamar la formación digital 2.0 pero que mantienen dividida a la comunidad docente respecto a sus implicaciones futuras en la enseñanza universitaria.
Hay quien opina que los MOOC no cambiarán nada significativo en el proceso de formación y solamente serán un instrumento más, como lo fue la introducción del libro en su día. Sin embargo, hay otros, entre los que me cuento, que consideran que a medio plazo, el cambio puede llegar a ser estructural. De la misma manera que Internet está transformando radicalmente las industrias del conocimiento (el editorial, el discográfico, el cine, la televisión o la prensa), también van a transformar la educación. Transformaciones, todas ellas, que no son más rápidas, a pesar de su impacto económico, por problemas culturales i regulatorios, no tecnológicos.
La educación universitaria presencial es cara. Sin embargo, el coste que tendría utilizando metodologías digitales 2.0 podría llegar a ser una mínima parte del presencial. Esta es una razón, entre otras, para suponer que en unas economías con un déficit público sistémico, no mantendrán una universidad pública exclusivamente presencial, si hay alternativas.
Supongamos un MOOC de, por ejemplo, un curso de Física de primero de universidad, donde se repiten las clases de teoría (no hablo de las prácticas de laboratorio) en un distrito universitario más de un centenar de veces cada año en grupos de 50-100 alumnos. Supongamos que se hace un MOOC para todos los alumnos, donde los profesores solamente atienden las tutorías (cosa que ya hacen ahora). ¿Cuántos profesores sobrarían? ¿Cuántas aulas?. Este es un escenario del que nadie quiere hablar, quizás por miedo a la perdida los puestos de trabajo que conllevaría, aunque estos profesores podrían dedicar mucho más tiempo a generar nuevo conocimiento en vez de a comunicarlo de forma repetitiva año tras año.
Es cierto, sin embargo, que todavía los MOOC constituyen una metodología poco madura. Normalmente, sus vídeos son una copia de la clase magistral, donde mayoritariamente se presentan las diapositivas junto a la imagen del profesor en un recuadro lateral, lo que a veces se conoce como un busto parlante. Sin embargo, las posibilidades multimedia son enormes aunque hoy día todavía no se usen suficientemente, debido, entre otras cosas, a que los equipos que los desarrollan están formados por especialistas en la materia que se imparte i que normalmente no son expertos en comunicación audiovisual.

Estas metodologías han llegado para quedarse y van a revolucionar la formación universitaria y seguramente otros tipos de formación, como, por ejemplo, los cursos Inem para parados y trabajadores, donde los MOOC que pueden ser mucho más baratos y eficientes, pueden evitar la actual corrupción de cursos inexistentes, a través de sistemas de control y seguimiento automáticos. No hablemos de las transformaciones que podrían suponer en la formación en otros niveles educativos como el bachillerato, la formación profesional o la ESO. El panorama es tan amplio y las posibilidades tan grandes, que sin duda el futuro de la educación pasa por la formación digital 2.0

martes, 15 de julio de 2014

Innovar en Educación Universitaria

Ayer se cerró la segunda convocatoria para realizar MOOC de la Generalitat de Catalunya con alrededor de una 80 solicitudes en el proceso on-line.
Los MOOC (Massive Open On-line Course) están irrumpiendo con fuerza. Cada día hay más plataformas y más activas. Las tres plataformas más conocidas (edX, Coursera y Udacity) están ampliando sus cursos de forma permanente y también los idiomas en que los imparten. Adicionalmente, se están preparando para impartir conjuntos de cursos que darán acceso a unos títulos cuya emisión parece que puede ser su modelo de negocio. Paralelamente, están apareciendo otras plataformas menos conocidas y más especializadas (Lore, OpenClass, Canvas Network, Khan Academy, Udemy, NovoEd, …), o por ejemplo en castellano, MiriadaX, orientada al mundo Iberoamericano o Unimooc orientada al mundo del emprendimiento.
Sin embargo, una de las operaciones que está creando grandes expectativas, es la entrada de Google en el ámbito de los MOOC. Google ya había creado Course Builder, un software para crear cursos y plataformas MOOC, pero que necesitaba de conocimientos informáticos para ser instalada y crear los cursos y a la que le faltaba cierta flexibilidad. Ahora, Google es miembro de la alianza Open edX, la cual pretende abrir dicha plataforma a todo el mundo, y a la que Google proporcionaría toda su capacidad y musculatura. El nuevo sistema permitirá crear cursos MOOC a instituciones, profesores i empresas, como ya ha hecho la universidad de Stanford, con Stanford OpenEdX o la incipiente plataforma UCATx.

El número de plataformas y de MOOC está creciendo de forma muy rápida. Hoy día hay más de 2.500 cursos MOOC que cubren todo el espectro del conocimiento y las plataformas abiertas como Open edX, pueden conseguir que ese número se multiplique. La innovación en educación no suele ser radical, pero a mi parecer la formación universitaria puede sufrir a medio plazo un cambio profundo con el uso de los MOOC como un instrumento para Innovar en Educación Universitaria.

martes, 1 de julio de 2014

El discurso del Rey

Como en la película de Tom Hooper y David Seidler sobre Jorge VI, el discurso de proclamación del nuevo Rey, también en este caso VI, pero de nombre Felipe, en las Cortes, fue un  discurso programático donde se dijeron cosas esperanzadoras como esta:
“El bienestar de nuestros ciudadanos -hombres y mujeres-, Señorías, nos exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge aceleradamente; en el siglo del conocimiento, la cultura y la educación. Tenemos ante nosotros el gran desafío de impulsar las nuevas tecnologías, la ciencia y la investigación, que son hoy las verdaderas energías creadoras de riqueza; el desafío de promover y fomentar la innovación, la capacidad creativa y la iniciativa emprendedora como actitudes necesarias para el desarrollo y el crecimiento. Todo ello es, a mi juicio, imprescindible para asegurar el progreso y la modernización de España y nos ayudará, sin duda, a ganar la batalla por la creación de empleo, que constituye hoy la principal preocupación de los españoles.”
En este párrafo, el Rey, o quien haya escrito el discurso, acierta con las prioridades que hoy día necesita cualquier sociedad, y muy especialmente la nuestra, para su desarrollo en el mundo globalizado de esta primera parte del siglo XXI. Una de las primeras actividades del nuevo Rey ha sido asistir al Fórum Impulsa en Girona, un evento en la línea del párrafo mencionado de su discurso. ¿Hemos de atender estos signos cómo una nueva sensibilidad con los verdaderos problemas del país?.
Alabar a la Corona, parece que significa declararse monárquico y enseguida uno debe explicar si esto es así, o no. Pues bien, en este país donde siempre se han de poner etiquetas binarias a las personas, monárquico/republicano, derechas/izquierdas, religioso (católico)/anticlerical, yo preferiría tener una etiqueta de “Inclasificable”, como decía Julián Marías de Unamuno.
De cualquier forma y como dice en un reciente artículo en El País, Javier Marías (hijo de Julián Marías) respecto a las manifestaciones para pedir un referéndum monarquía-republica “No creo que pudiera salir como Presidente de la República alguien que gustara a los que han pedido el referéndum”, hablaba de Aznar, Aguirre, Bono, González, Anguita, me parece que ante estos candidatos, me decanto, de momento, por la monarquía. Si más no, porque hay muchas cosas más importantes y urgentes que solucionar en el país, como las mencionadas en el párrafo en cuestión y otras que ni se mencionaron en el discurso del Rey, como la corrupción.

Aunque una cosa es prometer y otra, bien distinta, es dar trigo, cómo mínimo la mención de las ideas de cómo abordar algunos de los problemas clave de nuestra sociedad están bien escogidos en el discurso del Rey.

domingo, 15 de junio de 2014

El fracaso como componente del aprendizaje

Las sociedades del futuro, sobre todo aquellas que están asentadas en territorios sin recursos naturales abundantes, como el nuestro, han de estar basadas en un capital humano cuyos pilares no solo sean el saber y el saber hacer, sino también el emprendimiento.
Para disponer de ese necesario capital humano hay que invertir en educación y la cosecha no se recoge de forma inmediata. Como dice el proverbio chino: Si quieres recolectar en un año, siembra arroz. Si lo quieres en 10, planta árboles, si lo haces para toda la vida, educa personas.
Si educar es preparar para la vida, la educación que se impartía hace unas décadas, basada en la transmisión de conocimiento, nos permitía a las generaciones de la postguerra, conseguir una plaza permanente en alguna administración o en una gran empresa. La educación nos preparaba para la vida, como mínimo para la vida laboral.
En la educación de los millennials, además de la adquisición de conocimiento, que afortunadamente no ha sido tan memorística como en las anteriores, se han incluido habilidades, que sin embargo, están resultando ser insuficientes para afrontar y dar respuesta a los cambios acelerados que se producen en la sociedad en general y en el mundo laboral en particular. Las profesiones y los oficios que se transmitían de generación en generación, desaparecen o se ponen en peligro a una velocidad que ninguna generación anterior habría podido imaginar (ver el actual problema de los taxistas con la App de Uber). Un cambio radical para el que es necesario reaccionar.
Inicialmente la educación trataba de llenar una caja con conocimientos, posteriormente a la caja se le pusieron ruedas y un motor para darle capacidad de movimiento. Sin embargo, todavía se necesita la voluntad y la determinación para arrancar y circular por caminos desconocidos, donde es posible encontrar el éxito o perderse y quedarse en la estacada. Más aún, es necesario ir llenando, durante el recorrido, la caja con nuevos conocimientos y olvidar otros ya inservibles. Las personas en este nuevo escenario han de ser capaces de reinventarse y la sociedad ha de fomentar estos cambios y ayudar a quien los hace, porque estas decisiones no son solamente buenas para los individuos, sino también para los colectivos.

Para tomar la determinación de transitar por caminos desconocidos, se ha de emprender en el sentido más amplio, no solo en el empresarial, sino en el personal y la nueva educación lo ha de tener muy en cuenta. Este nuevo capital humano, ha de tener nuevos valores que permitan a los individuos y a la propia sociedad responder sin miedo a los cambios e incluso provocarlos y considerar el fracaso como componente del aprendizaje.

sábado, 31 de mayo de 2014

Las lecciones de las elecciones europeas

Los resultados de las pasadas elecciones europeas han tenido un sabor agridulce. De un lado, el debilitamiento de la conciencia europea con la aparición de los partidos de ultraderecha y de otro, el lado dulce, el aumento de la cultura democrática de la sociedad española, a la que me voy a referir en este post.
La convivencia en el espacio común europeo con nuestros vecinos del norte, nos ha proporcionado un espejo donde comparar los comportamientos poco éticos de nuestras clases dirigentes. Esa convivencia, ha hecho que la conciencia democrática de nuestra sociedad haya evolucionado positivamente para impulsar un cambio en la vida política del país. Si queremos cambiar nuestra democracia, hemos de tener en cuenta, que la responsabilidad no es de los partidos, si no de los votantes. Como dice Habermas, en una democracia, quienes gobiernan son el reflejo de sus ciudadanos. Es decir, el comportamiento de los partidos políticos, no es otra cosa, que el termómetro de la cultura democrática de la sociedad que los elige.
Aunque los dos partidos mayoritarios españoles merecían haber obtenido unos resultados más severos, en mi opinión, el correctivo que han recibido ha sido causado, en buena parte por el aumento de la temperatura democrática de la sociedad y no por campañas electorales mejor o peor diseñadas. La falta de apoyos sociales ha sido la consecuencia, no del empeoramiento de la conducta poco democrática de los partidos, que tradicionalmente siempre ha sido así, si no de la mayor sensibilidad democrática de la sociedad, que ya no es tan permisiva con métodos corruptos y mafiosos y plantea un mayor grado de exigencia ética a los que detentan el poder.
Cuanto más democrática es una sociedad, más sensibles con sus necesidades y anhelos deben ser los políticos que quieran mantener o alcanzar el poder. Los sanedrines de los partidos deberían tomar buena nota de lo sucedido en las elecciones de la semana pasada para no desaprovechar las oportunidades futuras.
Los partidos fuertes son necesarios para una estabilidad política, pero PP y PSOE deben entender que sus resultados electorales no son ya consecuencia de una campaña electoral mal diseñada, sino de que son percibidos como organizaciones corruptas donde el poder se fundamenta en comportamientos internos cuasi dictatoriales. 
La respuesta inicial de las figuras más conocidas del partido socialista, respecto a no permitir procesos abiertos para elegir al próximo secretario general, ha tenido que cambiar ante el empuje de militantes que quieren responder a lo que observan en sus bases y en la ciudadanía. Otra visión menos autocrítica, y desde mi punto de vista equivocada, ha sido la del PP, que ha percibido la respuesta social como puntual y que cambiará cuando mejoren las condiciones económicas o con una buena campaña electoral. Los grandes partidos deben cambiar y aprender las lecciones de las elecciones europeas.